Minimalismo, el arte de vivir con menos - Nota

 

La filosofía minimalista fue tomando fuerza durante este último tiempo. Cada vez son más las personas que se animan a interiorizarse en este estilo de vida.


Lejos de ser un “estilo de decoración”, el minimalismo se convirtió en una filosofía del desapego que va cobrando fuerza a lo largo del mundo. Si bien tiene una connotación artística (hay obras consideradas minimalistas) este movimiento tiene que ver con el hecho de vivir con lo necesario.

Los medios de comunicación desde siempre nos han querido transmitir la idea de que obtener ese bien material que tanto deseamos nos traerá a felicidad. El minimalismo se opone y nos dice “menos es más”, mientras nos invita a quitarnos la pesada mochila del deseo por el consumo desenfrenado que nos impiden conectarnos con el aquí y ahora.

Erróneamente se piensa que las personas que practican este estilo de vida son tacañas o que solo compran objetos baratos para evitar los gastos. Pero lo cierto, es que el minimalismo implica un consumo consciente, ya sea de bienes materiales como de recursos. Es así que para consumir menos es necesario optar por elementos que alta calidad que perduren en el tiempo.


Una manera de reducir nuestra huella en la Tierra.


Esta filosofía va de la mano con la ecología y el consumo consciente. Reducir la compra en demasía disminuye los residuos que generamos mermando de esta manera nuestra huella sobre el planeta.

Escoger prendas de alta calidad, crear armarios “cápsula”, reciclar electrodomésticos y prendas viejas y evitar el consumo impulsivo son solo algunas de las máximas de esta filosofía que nos invita a corrernos de la vorágine capitalista en la que estamos inmersos.

Hoy, llevar a cabo este estilo de vida promete cambiar nuestra manera de conectarnos con los objetos que nos rodean y con nosotros mismos.

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